Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

SEÑUELO

La muerte nada quiere con los tristes.

Subrepticia y astuta,

aguarda a que riamos

para abrirnos la tumba

y, con su dedo trágico, de pronto

señalarnos la húmeda

oquedad, y empujarnos brutalmente

hacia su infecta hondura.

 

Mas yo tengo tal gana de que venga,

que voy a ser feliz para que acuda,

para que sea mi reír señuelo,

y ella caiga en la trampa de venturas

ruidosas, que en el fondo son tristezas...

 

¿La engañaré? ¡Quizá, si tú me ayudas

desde la eternidad, oh inmarcesible

amada, oh novia única,

cuyos besos de sombra

he de reconquistar, pese a la Enjuta

que te mató a mansalva hace once meses,

dejando a un infeliz por siempre a obscuras!