Tu Poema de Amor

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Inicio . Amado Nervo POR MIEDO

POR MIEDO

La dejé marcharse sola...

y, sin embargo, tenía

para evitar mi agonía

la piedad de una pistola.

"¿Por qué no morir? —pensé—.

¿Por qué no librarme desta

tortura? ¿Ya qué me resta

despúés que ella se me fue?"

 

Pero el resabio cristiano

me insinuó con voces graves:

"¡Pobre necio, tú que sabes!"

Y paralizó mi mano.

 

Tuve miedo..., es la verdad;

miedo, sí, de ya no verla,

miedo inmenso de perderla

por toda una eternidad.

 

Y preferí, no vivir,

que no es vida la presente,

sino acabar lentamente,

lentamente, de morir.