Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Inicio . Amado Nervo IMPOTENCIA

IMPOTENCIA

Señor, piedad de mí porque no puedo

consolarme... Lo intento, mas en vano.

Me sometí a tu ley porque eras fuerte:

¡El fuerte de los fuertes!... Pero acaso

es mi resignación sólo impotencia

de vencer a la Muerte, cuyo ácido

ósculo corrosivo,

royendo el corazón que me amó tanto,

royó también mi voluntad de acero...

¡La Muerte era titánica; yo, átomo!

 

Señor, no puedo resignarme, no!

¡Si te digo que ya estoy resignado,

y si murmuro fiat voluntas tua,

miento, y mentir a Dios es insensato!

 

¡Ten piedad de mi absurda rebeldía!

¡Que te venza, Señor, mi viril llanto!

¡Que conculque tu ley tu piedad misma!...

Y revive a mi muerta como a Lázaro

o vuélveme fantasma como a ella,

para entrar por las puertas del Arcano

y buscar en el mundo de las sombras

el deleite invisible de sus brazos.