Tu Poema de Amor

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Inicio . Amado Nervo ¡CUÁNTOS DESIERTOS INTERIORES!

¡CUÁNTOS DESIERTOS INTERIORES!

¡Cuántos desiertos interiores!

Heme aquí joven, fuerte aún,

y con mi heredad ya sin flores.

Némesis sopló en mis alcores

con bocanadas de simún.

 

De un gran querer, noble y fecundo,

sólo una trenza me quedó...

¡y un hueco más grande que el mundo!

Obra fue todo de un segundo.

¿Volveré a amar? ¡Pienso que no!

 

Sólo una vez se ama en la vida

a una mujer como yo amé;

y si la lloramos perdida

queda el alma tan malherida

que dice a todo: "¡Para qué!"

 

Su muerte fue mi premoriencia,

pues que su vida era razón

de ser de toda mi existencia.

Pensarla es ya mi sola ciencia...

¡Resignación! ¡Resignación!