Tu Poema de Amor

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Inicio . Amado Nervo DELICTA CARNIS

DELICTA CARNIS

Carne, carne maldita que me apartas del cielo;

carne tibia y rosada que me impeles al vicio;

ya rasgué mis espaldas con cilicio y flagelo

por vencer tus impulsos, y es en vano, ¡te anhelo

a pesar del flagelo y a pesar del cilicio!

 

Crucifico mi cuerpo con sagrados enojos,

y se abraza a mis plantas Afrodita la impura;

me sumerjo en la nieve, mas la templan sus ojos;

me revuelco en un tálamo de punzantes abrojos,

y sus labios lo truecan en deleite y ventura.

 

Y no encuentro esperanza, ni refugio ni asilo,

y en mis noches, pobladas de febriles quimeras,

me persigue la imagen de la Venus de Milo,

con sus lácteos muñones, con su rostro tranquilo

y las combas triunfales de sus amplias caderas.

 

¡Oh Señor Jesucristo, guíame por los rectos

derroteros del justo; ya no turben con locas

avideces la calma de mis puros afectos

ni el caliente alabastro de los senos erectos,

ni el marfil de los hombros, ni el coral de las bocas!