Tu Poema de Amor

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A LA NAVE

¿Qué nuevas esperanzas

al mar te llevan? Torna,

torna, atrevida nave,

a la nativa costa.

 

Aún ves de la pasada

tormenta mil memorias,

¿y ya a correr fortuna

segunda vez te arrojas?

 

Sembrada está de sirtes

aleves tu derrota,

do tarde los peligros

avisará la sonda.

 

¡Ah! Vuelve, que aún es tiempo,

mientras el mar las conchas

de la ribera halaga

con apacibles olas.

 

Presto erizando cerros

vendrá a batir las rocas,

y náufragas reliquias

hará a Neptuno alfombra.

 

De flámulas de seda

la presumida pompa

no arredra los insultos

de tempestad sonora.

 

¿Qué valen contra el Euro,

tirano de las ondas,

las barras y leones

de tu dorada popa?

 

¿Qué tu nombre, famoso

en reinos de la aurora,

y donde al sol recibe

su cristalina alcoba?

 

Ayer por estas aguas,

segura de sí propia,

desafiaba al viento

otra arrogante proa;

 

Y ya, padrón infausto

que al navegante asombra,

en un desnudo escollo

está cubierta de ovas.

 

¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo

no tuerces? ¿Orgullosa

descoges nuevas velas,

y sin pavor te engolfas?

 

¿No ves, ¡oh malhadada!

que ya el cielo se entolda,

y las nubes bramando

relámpagos abortan?

 

¿No ves la espuma cana,

que hinchada se alborota,

ni el vendaval te asusta,

que silba en las maromas?

 

¡Vuelve, objeto querido

de mi inquietud ansiosa;

vuelve a la amiga playa,

antes que el sol se esconda!