Tu Poema de Amor

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PAISAJE

Junio de 1920

Las estrellas apagadas

llenan de ceniza el río

verdoso y frío.

 

La fuente no tiene trenzas.

Ya se han quemado los nidos

escondidos.

 

Las ranas hacen del cauce

una siringa encantada,

desafinada.

 

Sale del monte la luna,

con su cara bonachona

de jamona.

 

Una estrella le hace burla

desde su casa de añil

infantil.

 

El débil color rosado

hace cursi el horizonte

del monte.

 

Y observo que el laurel tiene

cansancio de ser poético

y profético.

 

Como la hemos visto siempre

el agua se va durmiendo,

sonriyendo.

 

Todo llora por costumbre,

todo el campo se lamenta

sin darse cuenta.

 

Yo, por no desafinar,

digo por educación:

"¡Mi corazón!"

 

Pero una grave tristeza

tiñe mis labios manchados

de pecados.

 

Yo voy lejos del paisaje.

Hay en mi pecho una hondura

de sepultura.

 

Un murciélago me avisa

que el sol se esconde doliente

en el poniente.

 

¡Pater noster por mi amor!

(Llanto de las alamedas

y arboledas.)

 

En el carbón de la tarde

miro mis ojos lejanos,

cual milanos.

 

Y despeino mi alma muerta

con arañas de miradas

olvidadas.

 

Ya es de noche y las estrellas

clavan puñales al río

verdoso y frío.