Tu Poema de Amor

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MANANTIAL

Fragmento, 1919

La sombra se ha dormido en la pradera.

Los manantiales cantan.

 

Frente al ancho crepúsculo de invierno

mi corazón soñaba.

¿Quién pudiera entender los manantiales,

el secreto del agua

recién nacida, ese cantar oculto

a todas las miradas

del espíritu, dulce melodía

más allá de las almas...?

 

Luchando bajo el peso de la sombra,

un manantial cantaba.

Yo me acerqué para escuchar su canto,

pero mi corazón no entiende nada.

 

Era un brotar de estrellas invisibles

sobre la hierba casta,

nacimiento del Verbo de la tierra

por un sexo sin mancha.

 

Mi chopo centenario de la vega

sus hojas meneaba,

y eran hojas trémulas de ocaso

como estrellas de plata.

 

El resumen de un cielo de verano

era el gran chopo. Mansas

y turbias de penumbra yo sentía

las canciones del agua.

 

¿Qué alfabeto de auroras ha compuesto

sus oscuras palabras?

¿Qué labios las pronuncian? ¿Y qué dicen

a la estrella lejana?

¡Mi corazón es malo, Señor! Siento en mi carne

la implacable brasa

del pecado. Mis mares interiores

se quedaron sin playas.

Tu faro se apagó. ¡Ya los alumbra

mi corazón de llamas!

Pero el negro secreto de la noche

y el secreto del agua

¿son misterios tan sólo para el ojo

de la conciencia humana?

¿La niebla del misterio no estremece

e1 árbol, el insecto y la montaña?

¿El terror de las sombras no lo sienten

las piedras y las plantas?

¿Es sonido tan sólo esta voz mía?

¿Y el casto manantial no dice nada?

 

Mas yo siento en el agua

algo que me estremece..., como un aire

que agita los ramajes de mi alma.

 

¡Sé árbol! (Dijo una voz en la distancia.)

Y hubo un torrente de luceros

sobre el cielo sin mancha.

 

Yo me incrusté en el chopo centenario

con tristeza y con ansia.

Cual Dafne varonil que huye miedosa

de un Apolo de sombra