Tu Poema de Amor

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Inicio . García Lorca LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍA

LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍA

LA COGIDA Y LA MUERTE

A las cinco de la tarde.

 

Eran las cinco en punto de la tarde.

 

Un niño trajo la blanca sábana

a las cinco de la tarde.

 

Una espuerta de cal ya prevenida

a las cinco de la tarde.

 

Lo demás era muerte y sólo muerte

a las cinco de la tarde.

 

El viento se llevó los algodones

a las cinco de la tarde.

 

Y el óxido sembró cristal y níquel

a las cinco de la tarde.

 

Ya luchan la paloma y el leopardo

a las cinco de la tarde.

 

Y un muslo con un asta desolada

a las cinco de la tarde.

 

Comenzaron los sones del bordón

a las cinco de la tarde.

 

Las campanas de arsénico y el humo

a las cinco de la tarde.

 

En las esquinas grupos de silencio

a las cinco de la tarde.

 

¡Y el toro, solo corazón arriba!

a las cinco de la tarde.

 

Cuando el sudor de nieve fue llegando

a las cinco de la tarde,

 

cuando la plaza se cubrió de yodo

a las cinco de la tarde,

 

la muerte puso huevos en la herida

a las cinco de la tarde.

 

A las cinco de la tarde.

 

A las cinco en punto de la tarde.

 

Un ataúd con ruedas es la cama

a las cinco de la tarde.

 

Huesos y flautas suenan en su oído

a las cinco de la tarde.

 

El toro ya mugía por su frente

a las cinco de la tarde.

 

El cuarto se irisaba de agonía

a las cinco de la tarde.

 

A lo lejos ya viene la gangrena

a las cinco de la tarde.

 

Trompa de lirio por las verdes ingles

a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles

a las cinco de la tarde,

 

y el gentío rompía las ventanas

a las cinco de la tarde.

 

A las cinco de la tarde.

 

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!

¡Eran las cinco en todos los relojes!

¡Eran las cinco en sombra de la tarde!