Tu Poema de Amor

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Inicio . García Lorca ELEGÍA DEL SILENCIO

ELEGÍA DEL SILENCIO

Julio de 1920

Silencio, ¿dónde llevas

tu cristal empañado

de risas, de palabras

y sollozos del árbol?

¿Cómo limpias, silencio,

el rocío del canto

y las manchas sonoras

que los mares lejanos

dejan sobre la albura

serena de tu manto?

¿Quién cierra tus heridas

cuando sobre los campos

alguna vieja noria

clava su lento dardo

en tu cristal inmenso?

¿Dónde vas si al ocaso

te hieren las campanas

y quiebran tu remanso

las bandadas de coplas

y el gran rumor dorado

que cae sobre los montes

azules sollozando?

 

El aire del invierno

hace tu azul pedazos,

y troncha tus florestas

el lamentar callado

de alguna fuente fría.

Donde posas tus manos,

la espina de la risa

o el caluroso hachazo

de la pasión encuentras.

Si te vas a los astros,

el zumbido solemne

de los azules pájaros

quiebra el gran equilibrio

de tu escondido cráneo.

Huyendo del sonido

eres sonido mismo,

espectro de armonía,

humo de grito y canto.

Vienes para decirnos

en las noches oscuras

la palabra infinita

sin aliento y sin labios.

 

Taladrado de estrellas

y maduro de música,

¿dónde llevas, silencio,

tu dolor extrahumano,

dolor de estar cautivo

en la araña melódica,

ciego ya para siempre

tu manantial sagrado?

 

Hoy arrastran tus ondas

turbias de pensamiento

la ceniza sonora

y el dolor del antaño.

Los ecos de los gritos

que por siempre se fueron.

El estruendo remoto

del mar, momificado.

 

Si Jehová se ha dormido

sube al trono brillante,

quiébrale en su cabeza

un lucero apagado,

y acaba seriamente

con la música eterna,

la armonía sonora

de luz, y mientras tanto,

vuelve a tu manantial,

donde en la noche eterna,

antes que Dios y el tiempo,

manabas sosegado.