Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

Coplas

Todo adquiere en mi boca

un sabor persistente de lágrimas;

el manjar cotidiano, la trova

y hasta la plegaria.

 

Yo no tengo otro oficio

después del callado de amarte,

que este oficio de lágrimas, duro,

que tú me dejaste.

 

¡Ojos apretados

de calientes lágrimas!,

¡boca atribulada y convulsa,

en que todo se me hace plegaria!

 

¡Tengo una vergüenza

de vivir de este modo cobarde!

¡Ni voy en tu busca

ni consigo tampoco olvidarte!

 

Un remordimiento me sangra

de mirar un cielo

que no ven tus ojos,

¡de palpar las rosas

que sustenta la cal de tus huesos!

 

¡Carne de miseria,

gajo vergonzante, muerto de fatiga,

que no baja a dormir a tu lado,

que se aprieta, trélmulo,

al impuro pezón de la Vida!