Tu Poema de Amor

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Inicio Borges 1972

1972

Temí que el porvenir (que ya declina)

sería un profundo corredor de espejos

indistintos, ociosos y menguantes,

una repetición de vanidades,

y en la penumbra que precede al sueño

rogué a mis dioses, cuyo nombre ignoro,

que enviaran algo o alguien a mis días.

Lo hicieron. Es la Patria. Mis mayores

la sirvieron con largas proscripciones,

con penurias, con hambre, con batallas,

aquí de nuevo está el hermoso riesgo.

No soy aquellas sombras tutelares

que honré con versos que no olvida el tiempo.

Estoy ciego. He cumplido los setenta;

no soy el oriental Francisco Borges

que murió con dos balas en el pecho,

entre las agonías de los hombres,

en el hedor de un hospital de sangre,

pero la Patria, hoy profanada quiere

que con mi oscura pluma de gramático,

docta en las nimiedades académicas

y ajena a los trabajos de la espada,

congregue el gran rumor de la epopeya

y exija mi lugar. Lo estoy haciendo.