Tu Poema de Amor

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Inicio Borges La plaza san martín

La plaza san martín

A Macedonio Fernández

 

En busca de la tarde

fui apurando en vano las calles.

Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra.

Con fino bruñimiento de caoba

la tarde entera se había remansado en la plaza,

serena y sazonada,

bienhechora y sutil como una lámpara,

clara como una frente,

grave como un ademán de hombre enlutado.

Todo sentir se aquieta

bajo la absolución de los árboles

—jacarandás, acacias—

cuyas piadosas curvas

atenúan la rigidez de la imposible estatua

y en cuya red se exalta

la gloria de las luces equidistantes

del leve azul y de la tierra rojiza.

¡Qué bien se ve la tarde

desde el fácil sosiego de los bancos!

Abajo

el puerto anhela latitudes lejanas

y la honda plaza igualadora de almas

se abre como la muerte, como el sueño.