Tu Poema de Amor

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Inicio Borges El ángel

El ángel

Que el hombre no sea indigno del Ángel

cuya espada lo guarda

desde que lo engendró aquel Amor

que mueve el sol y las estrellas

hasta el Último Día en que retumbe

el trueno en la trompeta.

Que no lo arrastre a rojos lupanares

ni a los palacios que erigió la soberbia

ni a las tabernas insensatas.

Que no se rebaje a la súplica

ni al oprobio del llanto

ni a la fabulosa esperanza

ni a las pequeñas magias del miedo

ni al simulacro del histrión;

el Otro lo mira.

Que recuerde que nunca estará solo.

En el público día o en la sombra

el incesante espero lo atestigua;

que no macule su cristal una lágrima.

 

Señor, que al cabo de mis días en la Tierra

yo no deshonre al Ángel.