Tu Poema de Amor

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IDILIO

Sencilla y grata vida de la aldea

levantarse al nacer de la mañana

cuando su luz en la extensión clarea

y se quiebra en la cúpula lejana,

vagar a la ventura en el boscaje...

Espiar en los recodos del camino

el momento en que el ave enamorada

oculta en el follaje

sus esperanzas y sus dichas canta.

En rústica vasija

coronada de espuma

libar la leche, contemplar la bruma

que en el fondo del valle se levanta,

el aire respirar embalsamado

con los suaves olores

de la savia y las flores,

tomar fuerza en la calma majestuosa

donde la vida universal germina,

en ignotos lugares

que no ha hollado la vana muchedumbre

en el bosque de cedros seculares

del alto monte en la empinada cumbre;

después, tranquilamente

bañarse en el remanso de la fuente.

Con el rural trabajo

que a los músculos da fuerza de acero

y que las fuentes abre de riqueza

endurecer el brazo fatigado

y devolverle calma a la cabeza,

sin fatigas, sin penas, sin engaños

dejar correr los años

y en la postrera

descansar, no en lujoso monumento

sino bajo el follaje

del verde sauce a su tranquila sombra,

cabe la cruz piadosa.