Tu Poema de Amor

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CRISÁLIDAS

Cuando enferma la niña todavía

salió cierta mañana

y recorrió, con inseguro paso

la vecina montaña,

trajo, entre un ramo de silvestres flores

oculta una crisálida,

que en su aposento colocó, muy cerca

de la camita blanca.

 

Unos días después, en el momento

en que ella expiraba,

y todos la veían, con los ojos

nublados por las lágrimas,

en el instante en que murió, sentimos

leve rumor de alas

y vimos escapar, tender al vuelo

por la antigua ventana

que da sobre el jardín, una pequeña

mariposa dorada.

 

La prisión, ya vacía, del insecto

busqué con vista rápida;

al verla vi de la difunta niña

la frente mustia y pálida,

y pensé ¿si al dejar su cárcel triste

la mariposa alada,

la luz encuentra y el espacio inmenso,

y las campestres auras,

al dejar la prisión que las encierra

qué encontrarán las almas?