Tu Poema de Amor

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Inicio . José de Diego AL GUARAGUAO

AL GUARAGUAO

Guaraguao, que giras en círculos negros de hondas espirales.

Guaraguao largo y obscuro,

guaraguao largo y obscuro de garras de corvos puñales,

y pico azuloso y duro

de sierra,

guaraguao largo y obscuro de alas imperiales...

 

¡Guarda en el pecho potente tu instinto de guerra

y el rayo de la ira en tus ojos fatales,

que tú eres lo único que puede curar nuestros males

lo único agresivo y fiero que tiene nuestra pobre tierra!

 

Asalta y destruye los nidos del monte:

Cubran tus ecos triunfales

las líricas quejas del manso sinsonte

y tus alas de luto las tumbas de los ideales.

 

Tú sólo eres fuerte

en estos días infaustos del miedo y el oro,

del miedo y el oro tan lívidos como la muerte.

 

El trino

sonoro

ha muerto en el bosque latino.

Ha muerto la negra bravura en el circo y el foro...

El tribuno pide su salario. El loro

su comida en la jaula. Paciente y cansino

no embiste en la lidia, arrastrando su coyunda el toro...

 

Cada cual busca su yugo y su parva.

El épico gallo, el gallo divino,

pica al insecto saltante del polvo que escarda

y en el corral sólo erige las corneas espuelas,

que es ya su destino

morir, no en la lucha, sino en las cazuelas.

 

A lo largo de nuestro camino,

como los murciélagos muerden en los árboles muerde a los corazones

muerde la envidia a las almas,

los canes aúllan y están los ratones

royendo las palmas.

 

Tenía el cordero sangre de leones

y se lo llevaron nuestros batallones...

¿Quién te salva ahora, país en conquista,

de tantos felinos y tantos leones

si queda en el suelo plegado y rendido el pendón del Bautista?

Guaraguao, que llenas de sombra los lindes del cielo,

desciende en tu velo

de hondas espirales

y el pendón levanta y en tu pico aferra,

que tú eres el único que cura nuestros males!