Tu Poema de Amor

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¡PITIRRE!

Cada guaraguao tiene su pitirre.

(Adagio Puertorriqueño)

Una cruz negra en el fondo del cielo sus brazos extiende

y en círculos lentos

desciende.

 

Estrechan al monte, de cumbre a cimientos,

las raíces torcidas

de una ceiba fecunda y pomposa,

que esparce a los vientos

ingrávidos copos volátiles de algodón de rosa.

 

Entre dos de sus ramas floridas

salta un pitirre custodio del nido que posa.

 

La cruz se alargaba

sobre los brazos batientes y, Endesa

de lumbres de oro la pupila brava,

el guaraguao inquiría en las sombras del monte su presa...

 

Súbito un grito el aire atraviesa...

Lleva erigida el pitirre la punta sutil de un florete

y ¡pitirre! resuena su grito,

cada vez que el audaz pajarito

como una rígida flecha al cuello del monstruo acomete.

 

Denso, enorme, mudo,

girar no puede en su torno el feroz carnicero;

de su turbión de aletazos al ímpetu rudo

escápase en vívidas fugas el raudo guerrero,

hasta que le hunde en los ojos dos veces el pico de acero

y dos veces ¡pitirre! proclama triunfante su clarín agudo.

 

El vencedor fatigado en el nido reposa,

la ceiba florida

esparce a los vientos sus copos de algodón de rosa

y, al pasar a través de una nube encendida,

resalta un instante y se pierde en el cielo una cruz dolorosa...

 

¡Cívico pitirre, enseñanza gloriosa

que funde en un solo ideal el amor y el honor de la vida!