Tu Poema de Amor

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SALVAJE

Bebo el agua limpia y clara del arroyo

y vago por los campos teniendo por apoyo

un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido

que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.

 

Así paso los días, morena y descuidada,

sobre la suave alfombra de la grama aromada.

Comiendo de la carne jugosa de las fresas

o en busca de fragantes racimos de frambuesas.

 

Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso

de los pastos maduros. Mi cabello sombroso

esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,

a savia, a yerbabuena y a flores de centeno.

 

¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,

cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!

¡Soy casta como Diana

y huelo a hierba clara nacida en la mañana!