Tu Poema de Amor

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Inicio . Juana Ibarbourou EL DULCE MILAGRO

EL DULCE MILAGRO

¿Que es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.

Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.

Mi amante bésame las manos, y en ellas,

¡OH gracia! brotaron rosas como estrellas.

 

Y voy por la senda voceando el encanto

y de dicha alterno sonrisa con llanto

y bajo el milagro de mi encantamiento

se aroman de rosas las alas del viento.

 

Y murmura al verme la gente que pasa:

"¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.

¡Dice que en las manos le han nacido rosas

y las va agitando como mariposas!"

 

¡Ah, pobre la gente que nunca comprende

un milagro de éstos y que sólo entiende

Que no nacen rosas más que en los rosales

y que no hay más trigo que el de los trigales!

 

Que requiere líneas y color y forma,

y que sólo admite realidad por norma.

Que cuando uno dice: "Voy con la dulzura",

de inmediato buscan a la criatura.

 

Que me digan loca, que en celda me encierren

que con siete llaves la puerta me cierren,

que junto a la puerta pongan un lebrel,

carcelero rudo carcelero fiel.

 

Cantaré lo mismo: "Mis manos florecen.

Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen".

¡Y toda mi celda tendrá la fragancia

de un inmenso ramo de rosas de Francia!

 

 

 

Como una sola flor desesperada

 

Lo quiero con la sangre, con el hueso,

con el ojo que mira y el aliento,

con la frente que inclina el pensamiento,

con este corazón caliente y preso,

 

y con el sueño fatalmente obseso

de este amor que me copa el sentimiento,

desde la breve risa hasta el lamento,

desde la herida bruja hasta su beso.

 

Mi vida es de tu vida tributaria,

ya te parezca tumulto, o solitaria,

como una sola flor desesperada.

 

Depende de él como del leño duro

la orquídea, o cual la hiedra sobre el muro,

que solo en él respira levantada.