Tu Poema de Amor

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Inicio . Lope de Vega DE UNA RECIA CALENTURA

DE UNA RECIA CALENTURA

De una recia calentura,

de un amoroso accidente,

con el frío de los celos

Belardo estaba a la muerte.

 

Pensando estaba en la causa,

que quiso hallarse presente

para mostrar que ha podido

hallarse a su fin alegre.

 

De verle morir la ingrata

ni llora ni se arrepiente,

que quien tanto en vida quiso

hoy en la muerte aborrece.

 

Empezó el pastor sus mandas

y dice: «—Quiero que herede

el cuerpo la dura tierra,

que es deuda que se le debe;

 

sólo quiero que le saquen

los ojos y los entreguen,

porque los llamó su dueño

la ingrata Filis mil veces.

 

Y mando que el corazón

en otro fuego se queme,

y que las cenizas mismas

dentro de la mar las echen;

 

que por ser palabras suyas

en la tierra do cayeren

podrán estar bien seguras

de que el viento se las lleve.

 

Y pues que muero tan pobre

que cuanto dejo me deben,

podrán hacer mi mortaja

de cartas y papeles;

 

y de lo demás que queda

quiero que a Filis se entregue

un espejo por que tenga

en qué se mire y contemple.

 

Contemple que su hermosura

es rosa cuando amanece,

y que es la vejez la noche

a cuya sombra se prende;

 

y que sus cabellos de oro

se verán presto de nieve,

y con más contento y gusto

goce las horas que duerme.