Tu Poema de Amor

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Inicio . Lope de Vega CONTEMPLANDO ESTABA FILIS

CONTEMPLANDO ESTABA FILIS

Contemplando estaba Filis

a la media noche sola

una vela [a] cuya lumbre

labrando estaba una cofia,

 

porque andaba en torno della

una blanca mariposa,

quemándose los extremos

y quería arderse toda.

 

Suspendióse, imaginando

la avecilla animosa;

tomóla en sus blancas manos

y así le dice envidiosa:

 

«—¿Adónde tienes los ojos

que desta luz te enamoras,

la boca con que la besas

y el gusto con que la gozas?

 

¿Adónde tienes tu ingenio,

y dónde está la memoria?

¿con qué lengua la requiebras?

¿de qué despojos la adornas?

 

¿Qué le dices cuando llegas,

y en su fuego presurosa

le dejas alguna prenda

de la afición que le doras?

 

Y sin haberte ido vienes,

y después a volar tornas

hasta el punto que tu vida

entre las llamas despojas,

 

viendo que no será justo

dilatar su muerte y gloria—».

En diciendo estas razones

llegóse al fuego y quemóla.

 

«—Dichosa fuiste, avecilla,

Filis prosigue, pues gozas

en los brazos de tu amigo

muerte y vida gloriosa;

 

que la vida sin contento

mucha falta y poca sobra,

y sólo el sosiego es bueno

adonde el alma reposa.

 

Mas ¿cómo yo con tu ejemplo

no me doy la muerte agora?

Morir quiero, pues me anima,

y acabar con tantas cosas.

 

He sabido que Belardo

su vida pasa con otra,

porque le enojan mis celos

y mis desdichas le enojan—».

 

Del paño de su labor

un corto cuchillo toma,

y dijo toda turbada:

«—Oh Belardo, aquí fue Troya—».

 

Pero primero que fuese

puesto el intento por obra,

quiso probar el dolor,

que es mujer y temerosa.

 

Con la aguja que labraba

picóse el dedo y turbóla

de su muy querida sangre

el ver salir una gota.

 

Pide un paño a la criada,

intento y cuchillo arroja;

lloró su sangre perdida,

que su amante no la llora.