Tu Poema de Amor

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Inicio . Nicanor Parra DEFENSA DE VIOLETA PARRA

DEFENSA DE VIOLETA PARRA

Dulce vecina de la verde selva

Huésped eterno del abril florido

Grande enemiga de la zarzamora

Violeta Parra.

 

Jardinera

locera

costurera

Bailarina del agua transparente

Árbol lleno de pájaros cantores

Violeta Parra.

 

Has recorrido toda la comarca

Desenterrando cántaros de greda

Y liberando pájaros cautivos

Entre las ramas.

 

Preocupada siempre de los otros

Cuando no del sobrino

de la tía

Cuándo vas a acordarte de ti misma

Viola piadosa.

 

Tu dolor es un círculo infinito

Que no comienza ni termina nunca

Pero tú te sobrepones a todo

Viola admirable.

 

Cuando se trata de bailar la cueca

De tu guitarra no se libra nadie

Hasta los muertos salen a bailar

Cueca valseada.

 

Cueca de la Batalla de Maipú

Cueca del Hundimiento del Angamos

Cueca del Terremoto de Chillán

Todas las cosas.

 

Ni bandurria

ni tenca

ni zorzal

Ni codorniza libre ni cautiva

solamente tú

tres veces tú

Ave del paraíso terrenal.

 

Charagüilla gaviota de agua dulce

Todos los adjetivos se hacen pocos

Todos los sustantivos se hacen pocos

Para nombrarte.

 

Poesía

pintura

agricultura

Todo lo haces a las mil maravillas

Sin el menor esfuerzo

Como quien se bebe una copa de vino.

 

Pero los secretarios no te quieren

Y te cierran la puerta de tu casa

Y te declaran la guerra a muerte

Viola doliente.

 

Porque tú no te vistes de payaso

Porque tú no te compras ni te vendes

Porque hablas la lengua de la tierra

Viola chilensis.

 

¡Porque tú los aclaras en el acto!

 

Cómo van a quererte

me pregunto

Cuando son unos tristes funcionarios

Grises como las piedras del desierto

¿No te parece?

 

En cambio tú

Violeta de los Andes

Flor de la cordillera de la costa

Eres un manantial inagotable

De vida humana.

 

Tu corazón se abre cuando quiere

Tu voluntad se cierra cuando quiere

Y tu salud navega cuando quiere

Aguas arriba!

 

Basta que tú los llames por sus nombres

Para que los colores y las formas

Se levanten y anden como Lázaro

En cuerpo y alma.

 

¡Nadie puede quejarse cuando tú

Cantas a media voz o cuando gritas

Como si te estuvieran degollando

Viola volcánica!

 

Lo que tiene que hacer el auditor

Es guardar un silencio religioso

Porque tu canto sabe adónde va

Perfectamente.

 

Rayos son los que salen de tu voz

Hacia los cuatro puntos cardinales

Vendimiadora ardiente de ojos negros

Violeta Parra.

 

Se te acusa de esto y de lo otro

Yo te conozco y digo quién eres

¡Oh corderillo disfrazado de lobo!

Violeta Parra.

 

Yo te conozco bien

hermana vieja

Norte y sur del país atormentado

Valparaíso hundido para arriba

¡Isla de Pascua!

 

Sacristana cuyaca de Andacollo

Tejedora a palillo y a bolillo

Arregladora vieja de angelitos

Violeta Parra.

Los veteranos del Setenta y nueve

Lloran cuando te oyen sollozar

En el abismo de la noche oscura

¡Lámpara a sangre!

 

Cocinera

niñera

lavandera

Niña de mano

todos los oficios

Todos los arreboles del crepúsculo

Viola funebris.

 

Yo no sé qué decir en esta hora

La cabeza me da vueltas y vueltas

Como si hubiera bebido cicuta

Hermana mía.

 

Dónde voy a encontrar otra Violeta

Aunque recorra campos y ciudades

O me quede sentado en el jardín

Como un inválido.

 

Para verte mejor cierro los ojos

Y retrocedo a los días felices

¿Sabes lo que estoy viendo?

Tu delantal estampado de maqui.

 

Tu delantal estampado de maqui

¡Río Cautín!

¡Lautaro!

¡Villa Alegre!

¡Año mil novecientos veintisiete

Violeta Parra!

Pero yo no confío en las palabras

¿Por qué no te levantas de la tumba

A cantar

a bailar

a navegar

En tu guitarra?

 

Cántame una canción inolvidable

Una canción que no termine nunca

Una canción no más

una canción

Es lo que pido.

 

Qué te cuesta mujer árbol florido

Álzate en cuerpo y alma del sepulcro

Y haz estallar las piedras con tu voz

Violeta Parra

 

Esto es lo que quería decirte

Continúa tejiendo tus alambres

Tus ponchos araucanos

Tus cantaritos de Quinchamalí

Continúa puliendo noche y día

Tus toromiros de madera sagrada

Sin aflicción

sin lágrimas inútiles

O si quieres con lágrimas ardientes

Y recuerda que eres

Un corderillo disfrazado de lobo.