Tu Poema de Amor

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Inicio Neruda ODAS DE PABLO NERUDA ODA A UNA CASTAÑA EN EL SUELO

ODA A UNA CASTAÑA EN EL SUELO

Del follaje erizado

caíste

completa,

de madera pulida,

de lúcida caoba,

lista

como un violín que acaba

de nacer en la altura,

y cae

ofreciendo sus dones encerrados,

su escondida dulzura,

terminada en secreto

entre pájaros y hojas,

escuela de la forma,

linaje de la leña y de la harina,

instrumento ovalado

que guarda en su estructura

delicia intacta y rosa comestible.

En lo alto abandonaste

el erizado erizo

que entreabrió sus espinas

en la luz del castaño,

por esa partidura

viste el mundo,

pájaros

llenos de sílabas,

rocío

con estrellas,

y abajo

cabezas de muchachos

y muchachas,

hierbas que tiemblan sin reposo,

humo que sube y sube.

Te decidiste,

castaña,

y saltaste a la tierra,

bruñida y preparada,

endurecida y suave

como un pequeño seno

de las islas de América.

Caíste

golpeando

el suelo

pero

nada pasó,

la hierba

siguió temblando, el viejo

castaño susurró como las bocas

de toda una arboleda,

cayó una hoja del otoño rojo,

firme siguieron trabajando

las horas en la tierra.

Porque eres

sólo

una semilla,

castaño, otoño, tierra,

agua, altura, silencio

prepararon el germen,

la harinosa espesura,

los párpados maternos

que abrirán, enterrados,

de nuevo hacia la altura

la magnitud sencilla

de un follaje,

la oscura trama húmeda

de unas nuevas raíces,

las antiguas y nuevas dimensiones

de otro castaño en la tierra.