Tu Poema de Amor

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Inicio Neruda ODAS DE PABLO NERUDA ODA A UN MILLONARIO MUERTO

ODA A UN MILLONARIO MUERTO

Conocí a un millonario.

Era estanciero, rey

de llanuras grises

en donde se perdían

los caballos.

 

Paseábamos su casa,

sus jardines,

la piscina con una torre blanca

y aguas

como para bañar a una ciudad.

Se sacó los zapatos,

metió los pies

con cierta

severidad sombría

en la piscina verde.

 

No sé por qué

una a una

fue descartando

todas sus mujeres.

Ellas

bailaban en Europa

o atravesaban rápidas la nieve

en trineo, en Alaska.

 

S. me contó cómo

cuando niño

vendía diarios

y robaba panes.

Ahora sus periódicos

asaltaban las calles temblorosas,

golpeaban a la gente con noticias

y decían con énfasis

sólo sus opiniones.

 

Tenía bancos, naves,

pecados y tristezas.

 

A veces con papel,

pluma, memoria,

se hundía en su dinero,

contaba,

sumando, dividiendo,

multiplicando cosas,

hasta que se dormía.

 

Me parece

que el hombre nunca

pudo salir de su riqueza

--lo impregnaba,

le daba

aire, color abstracto--,

y él se veía

adentro

como un molusco ciego

rodeado

de un muro impenetrable.

 

A veces, en sus ojos,

vi un fuego

frío, lejos,

algo desesperado que moría.

 

Nunca supe si fuimos enemigos.

 

Murió una noche

cerca de Tucumán.

En la catástrofe

ardió su poderoso Rolls

como cerca del río

el catafalco

de una

religión oscura.

 

Yo sé

que todos

los muertos son iguales,

pero no sé, no sé,

pienso

que aquel

hombre, a su modo, con la muerte

dejó de ser un pobre prisionero.