Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

ODA A LA SAL

Esta sal

del salero

yo la vi en los salares.

Sé que

no

van a creerme,

pero

canta,

canta la sal, la piel

de los salares,

canta

con una boca ahogada

por la tierra.

Me estremecí en aquellas

soledades

cuando escuché

la voz

de

la sal

en el desierto.

Cerca de Antofagasta

toda

la pampa salitrosa

suena:

es una voz

quebrada,

un lastimero

canto.

 

Luego en sus cavidades

la sal gema, montaña

de una luz enterrada,

catedral transparente,

cristal del mar, olvido

de las olas.

 

Y luego en cada mesa

de ese mundo,

sal,

tu substancia

ágil

espolvoreando

la luz vital

sobre

los alimentos.

Preservadora

de las antiguas

bodegas del navío,

descubridora

fuiste

en el océano,

materia

adelantada

en los desconocidos, entreabiertos

senderos de la espuma.

 

Polvo del mar, la lengua

de ti recibe un beso

de la noche marina:

el gusto funde en cada

sazonado manjar tu oceanía

y así la mínima,

la minúscula

ola del salero

nos enseña

no sólo su doméstica blancura,

sino el sabor central del infinito.