Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

ODA A LA GUITARRA

Delgada

línea pura

de corazón sonoro,

eres la claridad cortada al vuelo:

cantando sobrevives:

todo se irá menos tu forma.

 

No sé si el llanto ronco

que de ti se desploma,

tus toques de tambor, tu

enjambre de alas,

será de ti lo mío,

o si eres

en silencio

más decididamente arrobadora,

sistema de paloma

o de cadera,

molde que de su espuma

resucita

y aparece, turgente, reclinada

y resurrecta rosa.

 

Debajo de una higuera,

cerca del ronco y raudo Bío Bío,

guitarra,

saliste de tu nido como un ave

y a unas manos

morenas

entregaste

las citas enterradas,

los sollozos oscuros,

la cadena sin fin de los adioses.

De ti salía el canto,

el matrimonio

que el hombre

consumó con su guitarra,

los olvidados besos,

la inolvidable ingrata,

y así se transformó

la noche entera

en estrellada caja

de guitarra,

temblando el firmamento

con su copa sonora

y el río

sus infinitas cuerdas

afinaba

arrastrando hacia el mar

una marea pura

de aromas y lamentos.

 

Oh soledad sabrosa

con noche venidera,

soledad como el pan terrestre,

soledad con un río de guitarras!

El mundo se recoge

en una sola gota

de miel, en una estrella,

todo es azul entre las hojas,

toda la altura temblorosa

canta.

 

Y la mujer que toca

la tierra y la guitarra

lleva en su voz

el duelo

y la alegría

de la profunda hora.

El tiempo y la distancia

caen a la guitarra:

somos un sueño,

un canto

entrecortado:

el corazón campestre

se va por los caminos a caballo:

sueña y sueña la noche y su silencio,

canta y canta la tierra y su guitarra.