Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente

TÚ VENÍAS

No me has hecho sufrir

sino esperar.

 

Aquellas horas

enmarañadas, llenas

de serpientes,

cuando

se me caía el alma y me ahogaba,

tú venías andando,

tú venías desnuda y arañada,

tú llegabas sangrienta hasta mi lecho,

novia mía,

y entonces

toda la noche caminamos

durmiendo

y cuando despertamos

eras intacta y nueva,

como si el grave viento de los sueños

de nuevo hubiera dado

fuego a tu cabellera

y en trigo y plata hubiera sumergido

tu cuerpo hasta dejarlo deslumbrante.

 

Yo no sufrí, amor mío,

yo sólo te esperaba.

Tenías que cambiar de corazón

y de mirada

después de haber tocado la profunda

zona de mar que te entregó mi pecho.

Tenías que salir del agua

pura como una gota levantada

por una ola nocturna.

 

Novia mía, tuviste

que morir y nacer, yo te esperaba.

Yo no sufrí buscándote,

sabía que vendrías,

una nueva mujer con lo que adoro

de la que no adoraba,

con tus ojos, tus manos y tu boca

pero con otro corazón

que amaneció a mi lado

como si siempre hubiera estado allí

para seguir conmigo para siempre.