Tu Poema de Amor

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EL PADRE

Tierra de sembradura inculta y brava,

tierra en que no hay esteros ni caminos,

mi vida bajo el sol tiembla y se alarga.

 

Padre, tus ojos dulces nada pueden,

como nada pudieron las estrellas

que me abrasan los ojos y las sienes.

 

El mal de amor me encegueció la vista

y en la fontana dulce de mi sueño

se reflejó otra fuente estremecida.

 

Después... Pregunta a Dios por qué me dieron

lo que me dieron y por qué después

supe una soledad de tierra y cielo.

 

Mira, mi juventud fue un brote puro

que se quedó sin estallar y pierde

su dulzura de sangres y de jugos.

 

El sol que cae y cae eternamente

se cansó de besarla... Y el otoño.

Padre, tus ojos dulces nada pueden.

 

Escucharé en la noche tus palabras:

... niño, mi niño...

Y en la noche inmensa

seguiré con mis llagas y tus llagas.