Tu Poema de Amor

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AUSENCIA DE JOAQUÍN

Desde ahora, como una partida verificada lejos,

en funerales estaciones de humo o solitarios malecones,

desde ahora lo veo precipitándose en su muerte,

y detrás de él siento cerrarse los días del tiempo.

 

Desde ahora, bruscamente, siento que parte,

precipitándose en las aguas, en ciertas aguas, en cierto océano,

y luego, al golpe suyo, gotas se levantan, y un ruido,

un determinado, sordo ruido siento producirse,

un golpe de agua azotada por su peso,

y de alguna parte, de alguna parte siento que saltan y salpican estas aguas,

sobre mí salpican estas aguas, y viven como ácidos.

 

Su costumbre de sueños y desmedidas noches,

su alma desobediente, su preparada palidez,

duermen con él por último, y él duerme,

porque al mar de los muertos su pasión desplómase,

violentamente hundiéndose, fríamente asociándose.