Tu Poema de Amor

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Inicio . Amor ELEGÍA

ELEGÍA

Yo quiero ser llorando el hortelano

 

de la tierra que ocupas y estercolas,

 

compañero del alma, tan temprano.

 

Alimentando lluvias, caracolas

 

y órganos mi dolor sin instrumento.

 

a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.

 

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

 

que por doler me duele hasta el aliento.

 

Un manotazo duro, un golpe helado,

 

un hachazo invisible y homicida,

 

un empujón brutal te ha derribado.

 

No hay extensión más grande que mi herida,

 

lloro mi desventura y sus conjuntos

 

y siento más tu muerte que mi vida.

 

Ando sobre rastrojos de difuntos,

 

y sin calor de nadie y sin consuelo

 

voy de mi corazón a mis asuntos.

 

Temprano levantó la muerte el vuelo,

 

temprano madrugó la madrugada,

 

temprano estás rodando por el suelo.

 

No perdono a la muerte enamorada,

 

no perdono a la vida desatenta,

 

no perdono a la tierra ni a la nada.

 

En mis manos levanto una tormenta

 

de piedras, rayos y hachas estridentes

 

sedienta de catástrofes y hambrienta.

 

Quiero escarbar la tierra con los dientes,

 

quiero apartar la tierra parte a parte

 

a dentelladas secas y calientes.

 

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

 

y besarte la noble calavera

 

y desamordazarte y regresarte.

 

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

 

por los altos andamios de las flores

 

pajareará tu alma colmenera

 

de angelicales ceras y labores.

 

 

Volverás al arrullo de las rejas

 

de los enamorados labradores.

 

Alegrarás la sombra de mis cejas,

 

y tu sangre se irán a cada lado

 

disputando tu novia y las abejas.

 

Tu corazón, ya terciopelo ajado,

 

llama a un campo de almendras espumosas

 

mi avariciosa voz de enamorado.

 

A las aladas almas de las rosas

 

del almendro de nata te requiero,

 

que tenemos que hablar de muchas cosas,

 

compañero del alma, compañero.