Quiero amar,
quiero entregarme
hasta donde mi aliento
gima y se escape
olvidando así
la recompensa,
olvidando así
la vía de su regreso.
Quiero darme
con sentimientos
sinceros y llenos.
Sentimientos que cavan
en busca de nuevas
profundidades.
Sentimientos que
desconociendo reservas,
se dan sin el cuidado
de que un día cesen,
naciendo y ofreciendo
en el nuevo palpitar
de un joven corazón,
la nueva oportunidad
de volver a amar.
Quiero vivir,
en busca de mejor ofrenda
digna de tu Santo Altar,
no, no una ofrenda más,
mi vida como sacrificio
para tu gloria y majestad
mi vida hasta gastarme
sin que de mi quede
para más.
Donde otros destruyan,
quiero yo edificar.
Donde otros insulten,
quiero yo elogiar.
Donde otros se burlen,
quiero yo motivar.
Donde vean lo malo,
quiero ver lo bueno.
Donde vean escasez,
quiero ver abundancia.
Donde vean oscuridad,
quiero ver tu Luz.
Quiero amar,
mi Señor y Salvador.
Oh, permíteme hoy
Cordero de Dios,
tener por privilegio
servirte como espejo vivo
¡de tu incondicional amor!