Sabes a perdón
porque la vida
te resucitó inesperada,
entre sus vasallos
equidistantes
de alegorías intensas,
muestras tus señales,
imagina mi universo,
sin perdones
sin odios
ni vanidades,
sueña mis mundos
en los tuyos,
acalla las maneras
medita la insolencia
contiene la pureza
manifiesta la cordura
espera mis caricias
huye de lo molesto
ven a mis retoños,
y no pidas perdón
jamás,
porque al hacerlo
pierdes la libertad
de amarme.